viernes, 14 de septiembre de 2007

reseña:Ryszard Kapuscinski

LOS CÍNICOS NO SIRVEN PARA ESTE OFICIO. SOBRE EL BUEN PERIODISMO

Autor: Ryszard Kapuscinski
Anagrama .Barcelona, 2003. 134 págs
Lengua: CASTELLANO
Nº Edición: 2ª
Plaza edición: BARCELONA

En el contenido de este libro, “Los cínicos no sirven para este oficio” nos encontramos con el relato de dos entrevistas y una conversación con el autor, la primera realizada por Maria Nadotti una famosa escritora y la segunda por Andrea Semplici. El tercer texto es una charla entre John Berger, Kapuscinski y Maria Nadotti, celebradas en 1994 y 1999. A travès de este libro Kapuscinski muestra con sencillez su modo de entender y hacer el periodismo, y lo hace con autoridad por que ha tratado de vivir por muchos años en carne propia los sacrificios de largos años de ejercicio profesional en medio de una población extremamente pobre como lo es Africana.

El señor Ryszard Kapuscinski un polaco nacido en 1932, es el autor de obras de historia contemporánea, entre ellas: El Emperador; La guerra del fútbol; El Imperio (una viva descripción de la realidad del imperio soviético, escrito tras una estancia de tres años en la URSS (1990-1992); y el Ébano.

Podríamos decir que el relato de este libro se divide en tres partes: la visión de la realidad por los medios de comunicación, y el oficio de periodista; que es cuando menciona la manera de los medios andar en manada hacia un mismo sitio de noticia, cuando al mismo tiempo están ocurriendo otras noticias no menos importantes que la que se cubre masivamente por todos los medios, y como todos los medios cubren lo mismo entonces van a informar y a mostrar lo mismo, por tanto ésta se impondrá como la realidad, la que muestran los medios.
En cuanto al oficio del periodista, denuncia el empobrecimiento que ha sufrido el periodismo en su evolución histórica; de ejercicio de búsqueda de la verdad, ha pasado varias veces a instrumento de poder político, y finalmente se ha convertido en espectáculo al servicio de un negocio. Tanto así que ahora al frente de los medios no suele haber periodistas, sino “hombres de negocios”, como lo asegura el señor Kapuscinski y la información se ha separado de la cultura. Y por se resalta que mil veces vale la pena entrar a un museo que hablar con cien políticos, ya que el arte nos permite ver hacia donde se dirigen las culturas, o que rumbo están tomando las generaciones futuras.

Recomienda al periodista paciencia, trabajar duro y dice "los lectores acaban reconociendo la calidad de nuestro trabajo y asociándola con nuestro nombre. Son ellos los que deciden, no el director".

La segunda parte es un paseo por la historia reciente de África para intentar entender su actualidad, y es aquí donde nos permite a los lectores desplazarnos y vivir en África por un momento sin tener que desplazarnos físicamente. Logramos imaginarnos que todos los días vemos como la gente sufre la escasez del agua y de los alimentos, también podemos sentir la humedad de su apartamento en ese barrio mal oliente de algún rincón del África. Pero lo más importante es que sentimos que después de una dura experiencia como la del autor, nos quede la conclusión de que las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Como lo dice el mismo autor “Para ejercer el periodismo ante todo hay que ser buena persona. Si se es buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias”. Es una cualidad que en psicología se denomina "empatía", que permite comprender el carácter del interlocutor y compartir de forma natural y sincera sus problemas. Y yo creo que Kapuscinski, sabía la importancia de aplicar la empatìa desde el primer momento que puso los pies en tierra Africana.
La tercera es una especie de debate o charla como se dijo anteriormente entre el escritor, ensayista y crítico de arte John Berger y el señor Kapuscinski, sobre "ver, comprender y contar"; y fue moderada nuevamente por Maria Nadotti.
John Berger, británico, se muestra y se puede tomar en esta entrevista como un campesino; Riszard Kapuscinski se muestra como un marinero. El primero porque las historias que cuenta son cercanas a su lugar, a su vida común, sus historias trascienden localmente; mientras que el segundo que ya sabemos, prefiere buscar sus historias en lugares lejanos y extraños para su ambiente. ¿Será que por eso es que vivió tanto tiempo en África?

Es la primera vez que leo a este autor, y puedo notar la inmensa ética, y su profundo respeto a la hora de escribir hacia los africanos o como los llama Kapuscinski en una ocasión, los "sin voz" del planeta, y su uso del anonimato para contar fielmente, o sin necesidad de alterar la realidad que ve.

Uno al leer el libro se da cuenta que esa manera que tiene el autor, a través de su escritura, de llegar a los lectores es fruto de una gran intuición y observación, el saber mirar, como le dice Berger "con la concentración necesaria para prestar atención". Al leer este libro sabemos la forma de trabajar Kapuscinski, por lo tanto también sabemos que Èste es un informador de los que están en el lugar de lo hechos, no en una oficina cómodamente sentado. A lo cual explica que:” para explicar, para informar de una verdad se tiene que tener un conocimiento directo, físico, emotivo, olfativo, sin filtros ni escudos protectores, sobre aquello de lo que se habla”.
Teniendo en cuenta que durante 22 años, Kapuscinski le tocò de revolución en revolución; pues fue corresponsal de la Agencia Polaca de Prensa, para la cual cubrió 17 revoluciones en países de África, Asia y América Latina. Por tanto la experiencia de Kapuscinski como corresponsal en el tercer mundo es difícil de igualar. Para poder escribir sobre la “parte infeliz de la familia humana”, los pobres, sin reflejar estadísticas sino vidas, no es nada fácil, yo creo que debió vivir con ellos un tramo de su existencia; de esa existencia que se toca vivir en África.

Me parece muy valioso eso de que nos recomienda el autor cuando se refiere a que hay que saber vivir como uno más en las zonas más recónditas y anónimas del país que desea dar a conocer. Dice que no hay que pretender basarlo todo en contactos de alto nivel, por que con frecuencia este estilo nos da una visión sesgada o como mínimo lejana a la realidad. Y la historia que Kapuscinski nos presenta, es una historia construida desde abajo, atenta a los pequeños detalles, fruto de la observación y de la intuición, ajeno a prejuicios ideológicos, sin influencia de políticos, o sea despolitizada.

Finalmente quiero compartir una pregunta con la persona que me lea y que tal ves se estarán haciendo y que yo en su momento me hice: ¿por que ese titulo?: los cínicos no sirven para este oficio. Y veamos:

El siglo XX fue un siglo de cambios. Desde luchas por la independencia en diversos países hasta cuantas guerras prolongadas, desastres y avances tecnológicos. Ryszard Kapusczinsky, periodista de origen polaco ha sido testigo de dichos cambios, y a su vez, ha permitido que muchas personas vean el mundo a través de sus ojos. Sin embargo, la labor del investigador polaco no ha sido sencilla, pues ha narrado la historia desde dentro de donde acontecen los hechos, con la propia gente que protagoniza los hechos, ha estado en el lugar y el tiempo preciso y con las situaciones propias. Como él mismo nos resalta e insiste que: "es un error escribir sobre alguien con quien no se ha compartido al menos un tramo de vida".

Es precisamente por esto que la obra se titula "los cínicos no sirven para este oficio", considerando cínicos a aquellos y aquellas quienes dicen ejercer la profesión periodística en la comodidad de ver desde fuera, de quienes trabajan para complacer al jefe sus intereses o a sus propias satisfacciones sin ver más allá de sus narices, periodistas que no valoran su importancia como comunicadores o simplemente no se solidarizan con la tragedia ajena. Sus obras abarcan testimonios de quienes viven en este planeta, más desconocido de lo que aparenta, dándole voz a quienes viven el socialismo real (mineros explotados rusos), la guerra (africanos, asiáticos, "latinos") la represión, o las diversas circunstancias que suceden, y que sin embargo, pocos se preocupan por darle voz. Su mensaje es contra los cínicos: quienes estando topográficamente en África viven en una reproducción europea como "periodistas".
En algún momento le preguntaron a Kapusczinsky que si Él en algún momento también fue cínico, y personalmente estoy de acuerdo con el autor cuando dice que de ninguna manera una persona que es capaz de poner hasta su propia vida en peligro para poder hacer profesionalmente su trabajo y mostrar realmente la historia de los hechos, no se le puede decir de ninguna manera que es un cínico.
Finalmente debo anexar aquí que me encanto de verdad leer a este autor, y que a través de “los cínicos no sirven para este oficio” me di cuenta que hay muchas cosas que uno como periodista en formación le faltan por pulir, este es un libro que trae beneficios a cualquier persona amante a la lectura sin importar que este o no en el campo del periodismo, ya que te ofrece un a visión muy creíble y muy diferente de lo que de pronto uno ha escuchado sobre la vida en África. Ya que la persona que nos la cuenta se tomo el trabajo de penetrar hasta ese lugar y logro perderse en medio de ellos como uno más de sus habitantes. Además están los aportes muy importantes de otros grandes personajes que logran con sus habilidades exprimir (en el buen sentido de la palabra) a un periodista de la talla del señor Ryszard Kapuscinski.
Yodirlandy Palechor.

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